BIAS DE PRIENE
(En corto)
INTRODUCCIÓN
Bias de Priene (o Biante si seguimos la forma tradicional en que se presenta la adaptación y traducción de su nombre) fue un famoso orador, sabio, juez y abogado, miembro de la lista de los famosos “Siete Sabios de Grecia”. Vivió en el siglo VI a.C., nació en el año 570 a.C. en Priene.
Sus conciudadanos acudían a él para poder solucionar sus controversias pues era considerado como un hombre justo, imparcial y austero en sus decisiones. Dedicó toda su vida a defender y juzgar diferentes causas o procesos judiciales.
Su muerte es emblemática por esta razón. Se cuenta que murió defendiendo una causa siendo ya muy viejo, evento en el que al terminar su discurso reclinó la cabeza en pecho de su nieto, y que, habiendo hablado el orador contrario y votado los jueces prosperó la causa del defendido por Biante. Al levantarse la sesión del tribunal yacía muerto sobre el pecho de su nieto.
Sobre su vida y pensamiento contamos con algunas máximas y anécdotas que nos permiten ver su figura asociada al espacio de la palabra, la oratoria y la defensa jurídica.
MÁXIMA FAMOSA: LOS MÁS SON MALOS.
Su máxima más famosa es aquella que rezaba que: “Los más son malos” (χόι πλείστοι κακοί). No se predica este término como una delectación o tendencia placentera natural al mal, sino referido al egoísmo bruto, la necedad, pereza, falta de virtud etc. No se considera que la mayoría sea mala por el hecho de ser muchos, o la masa per se es mala. Es una conclusión antidemocrática que no parece estar acorde a lo pensado por Bias.
Esta máxima llega a ser un buen precepto, un consejo de prudencia en el trato comunitario, casi como una orientación política. Muchos filósofos posteriores parecen coincidir en ver a los muchos como necios o vulgares, no en un sentido de malignos o malévolos, sino de ruines, perezosos, flojos, o nada virtuosos. Bias reconoce el valor en el individuo por encima de los muchos.
Dicho sea de paso, esta máxima, y quizás por más planteamientos, Bias recibió el elogio de Heráclito de Éfeso (algo de por sí difícil). Compartían ambos cierto disgusto por la muchedumbre.
BIAS COMO JUEZ
De Biante se dijo tener más fama como hábil y justo orador, siendo eficaz para conducir las causas ante los tribunales, pero que conducía en aras del bien y lo justo el poder de la oratoria que le caracterizaba. En especial en lo que refiere a ser un juez recto y particularmente justo en sus sentencias.
Relata Diógenes Laercio que Demódoco de Leros se refería así:
“Si alguna vez vas a ser juez, da una sentencia de Priene”.
Y decía Hiponacte:
“Y dar sentencia mejor que Biante de Priene”
Sostenía Biante que era mejor sentenciar o emitir fallo en un pleito entre enemigos que entre amigos, porque de los amigos de cualquier modo uno de los dos en litigio quedaría como enemigo; y de los enemigos, uno como amigo.
Algunas anécdotas
La primera, como cuenta D.L., es aquella en la cual, durante un asedio a Priene Bias propuso la idea de despistar y engañar a los enemigos. La estrategia consistió en hacerles creer que contaban con una ciudad capaz de resistir el asedio. Primero tomaron dos mulos y los hicieron engordar para luego soltarlos hacia el campamento; con ello entendieron que era inútil un asedio a un lugar tan cargado de provisiones (capaz de tener así a sus animales); lo cual se completó con la escena que montaron para recibir al mensajero enviado por los enemigos; pues pusieron arena y la cubrieron de trigo, dando así apariencia de abundancia extrema y terminando así con la idea que tenían de invadirlos.
Una segunda anécdota narra el enfrentamiento que tendría con el hijo de Aliates, el protagonista de la anterior historia. Se cuenta que estando el rey Creso preparándose para atacar a los isleños que no pagaban el tributo, Bías le pasó el dato de que ellos estaban comprando miles de caballos para atacar Sardes. El rey se alegró al pensar que serían ellos quienes vendrían a pelear en su terreno: en tierra firme y a caballos. Bias le puso de manifiesto que dicha postura sería válida también para los isleños jonios, ansiosos de recibirlos en una lucha en su terreno: el mar y las costas; por lo que terminaría desistiendo de la maniobra. Esta historia es algo dudosa en su atribución, se dice que su protagonista está Biante o Pítaco de Mitilene
ALGUNOS CONSEJOS DE BIAS
Bias consideraba como enfermedad del alma el desear lo imposible y olvidarse de las desgracias ajenas. Opinaba además que lo más difícil era sobrellevar con nobleza la decadencia. Y que lo más dulce para los hombres era la esperanza. Aconsejaba mesurar la vida como si fuéramos a vivir a la vez mucho y poco tiempo; y amar como si fuéramos a odiar, porque la mayoría son malos.
Bias nos aconsejaba:
“Emprende lentamente tus acciones; pero lo que hagas mantenlo con firmeza hasta el final”.
“No hables deprisa, pues demuestra ‘alocamiento’”.
“Aprecia la sensatez”.
“De los dioses afirma que existen”.
“Cobra con persuasión, no con violencia”.
“No elogies por su riqueza a un hombre indigno”.
“El bien que hagas atribúyelo a los Dioses”.
“Como provisión de viaje de la juventud a la vejez, lleva contigo la sabiduría, pues la más segura de las adquisiciones”.
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