VIDA Y FIGURA DE SOLÓN


Solón de Atenas, nació en la segunda mitad del siglo VII a. C. (hacia el año 640) y murió en la primera mitad del siglo VI a.C. (cerca al año 560), es el integrante de los Siete Sabios de quien más noticias tenemos pues contamos con algunos fragmentos suyos, así como testimonios de otras fuentes más o menos contemporáneas como las de Aristóteles (con su Constitución de los Atenienses), de Plutarco (en sus menciones de Vida De Solón, que encontramos en su obra Vidas Paralelas), y claro de Diógenes Laercio, todo como se ve en la bibliografía.

Su figura implica una visión del Sabio muy centrada en el aspecto político (como vimos en el video de Tales de Mileto), de hecho así lo destaca Plutarco:

“Solamente la filosofía de Tales es la que parece que con sus investigaciones fue un poco más delante de las necesidades vulgares; a los demás, la virtud política sola fue la que les concilió el nombre de Sabios” (Plutarco, Vida de Solón IV).

Siguiendo las fuentes (Plutarco, Vida de Solón I) existe controversia respecto del padre de Solón, de quien se dice pudo ser Euforión – según Dídimo de Alejandría- o Execéstidas (Ejecéstides, Diógenes Laercio II 45) como era aceptado; mientras que la madre de Solón, se dice por Heraclides Póntico, era prima de la madre de Pisistrato (con quien tendría buena amistad de niño, y una gran enemistad de mayores). Desde joven Solón se caracterizó por tener un carácter que no se dejaba dominar por inclinaciones desordenadas. 

En vida emprendió viajes que no sólo le permitieron relajarse del tenso ambiente ateniense, sino que le permitieron educarse y consolidar su actitud y postura política; de hecho Plutarco (Vidas de Solón II) afirma que “el objeto de Solón en viajar fue más la instrucción y el conocimiento de la historia que el lucro o la granjería”, sin que esto implique el sabio o el filósofo deba desentenderse de las cuestiones económicas y de mercado. En su tesis doctoral, Analía Sapere (2015) expone una descripción interesante respecto de la valoración que las fuentes daban al móvil de los viajes de Solón, así como la visión de Plutarco y otras fuentes respecto de la relación de los políticos con la riqueza, referidos a Solón. Señala de manera acertada cómo la biografía escrita por Plutarco, en su interés apologético de las bondades de la actividad comercial adquiere tonos impersonales y objetivos, a la vez que se vale de citas de autoridad, imágenes de pasados remotos e idílicos que terminan en ejemplificaciones de hombres reputados que hubiesen desempeñado también el comercio.

Lo anterior que se evidencia en la cita a Solón así:

“El que posee gran copia de oro y plata,

Campos extensos de abundantes mieses,

Y mulas y caballos, y el que sólo

Tiene un pasar que le baste

A comer y vestir cómodamente;

Y si en mujer e hijos a esto acreces

Belleza y juventud, la dicha es llena

 

“Yo bien deseo en bienes ser muy rico;

Mas no los quiero por injustos medios,

Que viene al fin la inevitable pena”.

Su faceta de poeta nos muestra fervorosamente el alcance de su actuación, así como la imagen de imparcialidad y rectitud que tenía de sí mismo. 

SOLÓN: LEGISLADOR Y REFORMISTA

Solón tuvo importantes prácticas como legislador que le permitieron introducir leyes y reformas. El trabajo de Solón se enmarca en un contexto complicado, Atenas, que vivía una dura crisis social y agrícola, emprende un camino a convertirse en un polis con mayor comercio, flujo de artesanos, de cultura y crecimiento. Sus reformas estarían encaminadas a generar concordia entre sectores enfrentados mediante una legislación escrita y conciliadora.

La actividad poética y legislativa de Solón pese a su carácter reformador mantenía cierto contenido tradicional y religioso, tal como lo presenta en éste exordio citado por Plutarco:

En el principio a Zeus, hijo de Cronos,

Perdimos que, a estas leyes favorable

Fausta fortuna y gloria darles quiera.

(Plutarco, Vidas de Solón, III)

En el desarrollo de la actividad legislativa y reformista de Solón encontramos las siguientes etapas o aspectos:

  • Abolición de las leyes draconianas: La legislación de Solón sustituye a las leyes de Dracón (famoso es el adjetivo ‘draconianas’ para catalogar a una ley excesivamente severa), de las cuales sólo quedaron vigentes las leyes para delitos de sangre. Plutarco (Vidas de Solón XVII) destaca este cambio, pues en las leyes draconianas encontrábamos la pena de muerte como factor común para todo delito y contravención, pues encontraba que los delitos más pequeños eran dignos de este castigo, y ya no había encontrado otro mayor para los más graves.

  • Remoción de la esclavitud por deudas: se dio mediante la “remoción de cargas” (seisáchtheia). Plutarco la destaca, y siguiendo a Androción señala que más que éste alivio de cargas fue la moderación del exceso de la usura lo que le dio alivio a los más pobres, pues la abolición de todo crédito no era su propósito (Vida de Solón XV).

  • Liberación de hipotecas que gravan las tierras.

  • Cancelación  del sistema hectémoroi: que era un gravamen de una sexta parte para las tierras en arrendamiento. Sobre esto se suele coincidir, Según W.G. Forrest (p.127) que antes de Solón, “la tierra en el Ática era propiedad inalienable de la familia, y no del individuo”. Sin embargo, la remoción de esta garantía personal podría responder a criterios económicos y de utilidad antes que a éticos o morales, en especial en el proceso del tránsito de un sistema de garantías personales a uno de garantías reales, que le conviene más al desarrollo económico.

  • Magistraturas, Gobierno y Censo: Se estableció un nuevo censo con cuatro clases que favoreció la economía y sobre a todo la participación política, pues evitaba asignar derechos políticos teniendo como criterio la familia y linaje. Como destaca Plutarco (Vida de Solón XVIII) Solón pretendía que las magistraturas se conservaran en los hombres más acomodados pero que el gobierno recibiera participación del pueblo, esta era la finalidad de estas cuatro clases que vemos así:

1. Pentacosiomédimnoi (con +500 medidas de trigo de renta), -quinientarios- son la clase novedosa, los otros ya existían.

2. Hippeis –ecuestres- (caballeros y +300),

3. Zeugitai (poseedores de una yunta de bueyes, +200),

4. Thetes (que viven del jornal, un campo pequeño o de trabajos manuales).

Para los dos primeros quedaban las magistraturas (conservando el mando), pero protegiendo a los demos del abuso, pues el gobierno y el consejo aristócrata encontraría un contrapeso en la asamblea del demos.

  • Introducción de tribunales populares y acusación pública.

  • Leyes sobre el individuo y la familia: respecto de la capacidad de testar (en especial para quien no tenía familia o herederos), derecho de alimentos (que introduce una especie de exoneración a la obligación de alimentos respecto de los padres que no hubieren enseñado una profesión a sus hijos. Escribía Diógenes: 

“Si alguien no alimenta a sus padres, que quede deshonrado; del mismo modo también el que devore la hacienda paterna. Que el ocioso deba rendir cuentas a todo el que quiera acusarlo” (D.L. II, 55).

Como es de suponer, las reformas sociales de Solón no satisficieron a los sectores más extremistas del demos. Por ejemplo, la decisión de aliviar cargas a los más pobres (especialmente tributarias y de arrendamientos de tierras), y eliminar esclavitud por deudas no iba acompañada de un reparto de tierras o de una redistribución radical de las riquezas. Sin embargo, ayudaron bastante al ser escritas y de corte conciliador.

La introducción de las reformas en la Constitución ateniense se dio siendo él arconte, entre el 594 y 593 a.C., contexto en que volverse tirano era una idea tentadora. Sin embargo rechazaría tal escenario para alzarse como un mediador entre los ricos y desmesurados propietarios y los pobres y esclavos. De ahí desprende García Gual que el espíritu de sus reformas siempre fue: aliviar la situación desesperada de los más pobres, contener el ánimo de revancha del demos y ofrecer tanto a los poderosos como a los numerosos ciudadanos una participación equilibrada en el gobierno de la polis.

Por su parte  H. Bengston destaca en ellas dos ideas fundamentales: el intento de emancipar al individuo del marco de la familia para entrar en una unidad superior - la Polis/Estado-, y fomentar el comercio y la industria. Lo que se ve en figuras jurídicas que nombramos tales como la del testamento (XXI) y la acusación popular y pública (XVIII) o una especie de indignidad para acceder al derecho de alimentos por parte de los padres que no se hubiesen encargado de enseñar un oficio a sus hijos (Vida de Solón XXII).

Estas reformas hito en el camino a la democracia encontrarían una contradictoria asistencia posterior por el tirano Pisistrato y luego en Clístenes. De hecho, se cuenta que Solón insistía en exponer las intenciones de Pisistrato y denunciando el llegar a posicionarlo como tirano, nos recuerda Diógenes (II, 49) que se acercó Solón a la asamblea:

«Atenienses, soy más sabio que unos y más valiente que otros. Más sabio que los que no comprenden el engaño de Pisistrato, y más valiente que los que lo conocen pero lo callan por temor»

Ante las burlas y el hecho de que lo tacharan de loco escribió: “Ya mostrará mi locura a los ciudadanos un corto tiempo. La mostrará cuando la verdad se haga pública”.

LEYES Y POLÍTICA: “SER DE CENTRO”.

El planteamiento político así como la práctica legislativa reformista de Solón en Atenas puede catalogarse como una postura de “centro”. Este término es problemático pues podríamos cometer un anacronismo al catalogarlo así dada nuestra política tradicionalmente partidista, por lo que debemos explicarlo.


Se dice que es de centro en la medida que se alza entre dos facciones y clases opuestas existentes en Atenas. Esta postura le mereció ser reconocido por Aristóteles, entre otras por su cercanía a la postura del justo medio en la regulación política, social y personal. De misma forma es reconocido por Plutarco así:

“En el estado, viendo los más prudentes de los Atenienses que Solón únicamente estaba fuera de aquellos extremos, pues ni tenía parte en los atropellos de los ricos, ni estaba sujeto a las angustias de los pobres, le rogaban que se pusiese al frente de los negocios y asuntos públicos y calmara aquellos disturbios” (Plutarco, Vida de Solón XIV).

Solón mismo nos afirma:

“Al pueblo le di toda la parte que le era debida,

Sin privarle de honor ni exagerar en su estima.

Y de los que tenían el poder y destacaban por ricos,

 También de éstos me cuidé que no sufrieran afrenta.

Me alcé enarbolando mi escudo entre unos y otros

Y no les dejé vencer a ninguno injustamente (5D).

Esta idea de ser de “centro” implica también pelearse con él mimo, y con el acceso al poder y al gobierno, rescata Plutarco que Solón emprende su actividad con cierta repugnancia hacia la avaricia y/o insolencia que suele darse en quienes están en un puesto de gobierno. Incluso poder convertirse en tirano pues era reticente a la monarquía y al discurso que la legitimaba señalando que un monarca virtuoso haría de este sistema algo deseable. Decía Solón “Sí, muy buena posesión es la tiranía, pero no tiene salida”, postura que le conllevó burlas inclusive por conocidos y contemporáneos.

Esta postura de mesura y de justicia es alabada por él mismo en su poesía. Ya no le interesa exaltar a un héroe o guerrero; se destaca a sí mismo en tanto que hombre justo, recto e imparcial. Esta función cívica y pedagógica del poeta nos recuerda mucho lo que vimos respecto de la noción de ‘Sabio’ y del desarrollo del concepto de Verdad (de nuevo recomendando la lectura de Detienne).

PENSAMIENTO: DÍKE & EUNOMÍA

Solón de Atenas no fue precisamente un pensador de gran originalidad, sino que trasciende su actividad política y jurídica. Para nuestro legislador, toda actuación política debería tener: 1. Respeto a la justicia y 2. Rechazo de los extremos y abusos. En sus más famosas elegías [Sobre el buen gobierno y A las musas] encontramos desarrolladas estas dos nociones.

Así pues, el término ‘Diké’ que en griego puede traducirse como “justicia” o “justicia humana”, es defendida por Solón como una justicia con un profundo fundamento religioso tradicional que premia la moderación (sophrosyne) y castiga la desmesura (hybris).

Por su parte, ‘Eunomía’ se presenta como una especie de producto entre la sensatez y la templanza que le hace frente al hartazgo (Kóros) y al abuso que éste genera (Hybris). En su poema homónimo esta se exalta como la posibilidad de evitar el desastre y conseguir el orden mediante la intervención netamente humana, escribe Solón (3 D): “No va a perecer jamás nuestra ciudad por designio de Zeus ni a instancias de los dioses felices”. 

En el orden social deben primar estas ideas del camino recto y de justicia, en lugar del abuso (Díke > Hybris). La virtud (areté) es para Solón la justicia, la cual debe acompañarse con valentía; alzarse entre dos precisa esto, si no, es palabrería.

Estas ideas las podemos ver en su obra conservada Eunomía (Εὐνομία, que en griego podía ser ley buena, o disciplina), escribía Solón, a fin de demostrar cómo la destrucción social y los desastres políticos dependen de las locuras e incoherencias humanas y no de las divinas:

“Porque no saben dominar el hartazgo, ni orden poner

A sus actuales triunfos en una fiesta de paz.

… Se hacen ricos cediendo a manejos injustos.

… Ni de los tesoros sagrados ni de los bienes públicos

Se abstienen en sus hurtos, cada uno por un lado al pillaje,

Ni siquiera respetan los augustos cimientos de Díke.

Quien, silenciosa, conoce lo presente y el pasado

 Y al cabo del tiempo en cualquier forma viene a vengarse.

Finalmente, una cita que trae Diógenes, citando a Apolodoro:

Según dice Apolodoro en su Sobre las sectas de los filósofos: Considera más leal la hombría de bien que un juramento. No mientas. Dedícate a lo importante. No adquieras amigos deprisa; y no desprecies a los que quieras. Empieza a mandar después de aprender a obedecer. No aconsejes lo más agradable sino lo más provechoso. Haz de tu inteligencia tu guía, no te mezcles con los malos. Honra a los dioses, respeta a tus padres.

BIBLIOGRAFÍA

García, C., (1995),  Los siete sabios (y tres más): El retrato de los enigmáticos hombres de la Grecia arcaica que han representado el paradigma de la sabiduría, Madrid, España, Alianza Editorial (ediciones del Prado).

Diógenes Laercio (2007), Vida de los filósofos ilustres, Madrid, Alianza editorial. [Original del Siglo III d.C.] [Para Solón: I, 45 s.s.).

Heródoto (1992), Historia (Libro I), Madrid, España, Gredos. [Original del siglo IV a.C.] [Para Solón y Creso: Hist., I, 29 s.s. 86 s.s.].

Forrest, W., (1988) Los orígenes de la democracia griega (el carácter de la política griega 800-400 a. de C.), Madrid, España, Ediciones Akal.

Sapere, A., (2015) Vidas griegas de Plutarco: La inclusión de versiones como técnica narrativa y descriptiva [tesis de doctorado, Universidad de Buenos Aires]. Repositorio FILO: Digital, http://repositorio.filo.uba.ar/bitstream/handle/filodigital/3011/uba_ffyl_t_2015_904557.pdf

Plutarco., (s.f.) Vidas paralelas (Tomo I), https://aprendizaje.mec.edu.py/aprendizaje/system/content/0c59c97/content/Plutarco%20(46-120)/Plutarco%20-%20Vidas%20paralelas%20I.pdf (original publicado en c. 96-117 d.C.)